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La música- alimento del espirítu

Después de dos derrotas no podía encontrar la tranquilidad. No estaba seguro quién era de verdad. Dudaba si mi destino era ser pintor. Vagaba por la ciudad no sabiendo qué hacer. Pero inesperadamente encontré un remedio para mi abatimiento. La música resultó ser la respuesta a todo lo que necesitaba en ese tiempo.
Una vez cuando, como siempre, regresaba a casa un poco borracho, oí un hombre gritando mi nombre. Ramón Bayeu, el que hace algunos meses me quitó la posibilidad de estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, me preguntó si quería acompañarle en un concierto. Acepté su invitación y, como vi después, eso fue la mejor decisión. Ese día el huesped de honor fue Antonio Soler y Ramos, un compositor muy famoso y el profesor de música de la Familia Real.Cuando escuché las primeros notas de su “Sonata LXXXIV” estaba en el séptimo cielo.



          En la música encontré la última parte de mi alma. Desde ese momento decidí terminar con el estancamiento. Intenté no beber alcohol y concentrar la atención en mi talento. ¡La vida es tan corta que no podemos desperdicar ningún minuto!

Ingresé en la escuela de pintura dirigida por Francisco Bayeu. Sabía que en ese lugar no iba a encontrar muchas inspiraciones pero por lo menos podía ejercitar mi competencias técnicas de la pintura. Además, gracias a mi amigo Ramón Bayeu, tuve la oportunidad de conocer métodos de pintar conocidos en todo el mundo y encontrar maestros del arte. Participé en la vida de la flor y nata de la sociedad. Veía dramas y escuchaba conciertos de artistas muy populares en toda Europa. Aunque tenía todo eso no me sentía totalmente feliz. Me faltaba alqo, algo que no podía explicar. Y en ese momento la encontré a ella, un ángel y una coqueta seductora en la mísma persona. Josefa Bayeu, la primera mujer que habitó en mi corazón. Aunque a  primera vista sabía que esa mujer era perfecta para mí, en ese momento mi posición social era demasiado baja. Decidí trabajar con perseverancia para algún día merecer a esa mujer.


Josefa Bayeu




El trabajo me absorbía mucho. Cada día copiaba obras de arte de la antigüedad. Todo podía parecer perfecto pero sentía que ese aburrimiento mataba mi alma. ¿Que podía hacer? ¿Dónde buscar mi destino? Pensaba que la única solución a esa situación era viajar a Italia, la capital y una fuente original del arte. Y por eso en el aňo 1770 estaba preparado para el viaje de mi vida, un viaje al interior de mi alma.

1 comentario:

  1. Muy interesante la anécdota : la música nos recompone pues música somos (Teoría musical de la materia : caplamusica2012.blogspot.com.es/2012/01/cap-la-musica01.html

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