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Cuando un talento pierde la batalla con conexiones familiares

          No podía creer en mi suerte.... Tenía 17 años y estaba en Madrid- la capital de la vida cultural en España. Esa ciudad lo tenía todo, todo lo que podía querer un artista joven que empezaba su aventura en el mundo de la pintura.
           Aparte de admirar lugares y monumentos tan fantásticos  que después de 60 años todavía recuerdo con mucho detalle, tuve la oportunidad de cononcer la vida cultural de Madrid. Podía participar en recepciones y encuentros. Conocí mucha gente que me entendía perfectamente. Es increíble que un artista pueda leer los pensamientos de otro artista sin ninguna palabra. Aúnque estaba muy feliz y sentía que había encontrado mi lugar en el mundo, muy pronto me dí cuenta que para obtener éxito tenía que practicar mucho. Por eso decidí participarse en el concurso de la pintura convocado por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Real Academia de Bellas Artes 
de San Fernando
        

           Estaba determinado a ganarlo y por eso me preparé más de dos meses. Tenía muchas ideas que intentaría realizar. Quería introducir nuevos métodos en la pintura. Cuando la Academía anunció los resultados, durante mucho tiempo no pude aceptar que no me dieran la oportunidad de estudiar en esa escuela. Anton Raphael Mengs, el director de la Academía en aquel tiempo, decidió que mis pinturas y mi talento no eran suficientes para un lugar como Academía de Bellas Artes. Dijo que su escuela era un lugar sólo para los escogidos y yo como hombre de a pie no tenía nada en común con los verdaderos pintores. Sus palabras fueron como  espadas que alguien clavara en mi corazón. Pero la verdad es que él no me entendía. Su éstilo clásico no aceptaba ninguna innovación. El representaba el mundo con mucha fidelidad y necesitaba estudiantes que imitaran su estilo. Como no veía otra oportunidad, tres años después decidí participar en ese concurso una vez más y una vez más fui derrotado. ¿Como podía imaginar que Francisco, un hombre de campo iba a estudiar en una escuela tan renombrada? Ramón Bayeu, el hombre que ganó ese concurso y empezó a asistir a la Academía, era uno de los hermanos de Francisco  Bayeu, un miembro del jurado. ¿Qué significa el talento en comparación con el nepotismo? Lo peor era que no podía hacer nada. Sólo podía tener la esperanza de que  la vida escribiera  un guión inesperados y algún día yo también pudiera obtener mi oportunidad.


         

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